Lo que queda del Día
El soporte primordial se enriquece en todo un
juego de matices y líneas paralelas: el Lord inglés simpatizante de los nazis
poco antes de la Segunda Guerra Mundial, el microcosmos de la gran mansión con
su legión de servidores, la figura del norteamericano, la búsqueda
final del ama de llaves… todo un universo que parte, curiosamente
de la novela de un japonés, Kazuo Ishiguro, afincado en el Reino
Unido.
Por la vida no hay mandos a distancia ni moviolas que rebobinen. Sólo
se vive una vez siempre hacia delante, sin marcha atrás .Y, así lo
comprende demasiado tarde el mayordomo Stevens, tras toda su existencia
entregada al trabajo entendido como sacerdocio, cuando intenta, inútilmente ya
, buscar a la mujer que pudo iluminar su vida y darle un cambio distinto.
La cinta trasciende de su belleza y su grandeza visual, de sus
excelentes soportes formales para ir un poco más allá y sabernos ofrecer
la amargura final de estos seres: el vacío de este hombre
formalista o la decepción de esta mujer que no supo
transmitirle su opción para otra vida, fuera de los muros
castradores de esta gran tumba-mansión.
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