En lo que concerniente al sistema educacional, profundos cambios comenzaron a introducirse en la misma medida en que, poseedores conscientes de nuestras raíces e identidad nacional, estábamos en condiciones de ahondar en una identidad cultural y tras pasar las dogmáticas fronteras del conocimiento que hasta entonces nos había sido viable recibir y trasmitir.
La nueva concepción de las especialidades universitarias se inserta dentro del contexto de la apertura científico-cultural que para el desarrollo económico, político y social demanda la creación de una nueva sociedad, ello se reflejo diáfanamente en el área de las ciencias sociales y la redención de sus objetivos y contenidos. Para nadie es un secreto que, hurgando en las raíces étnicas y socio-culturales de la nación cubana se entrelazan en simbiosis perfecta a su condición hispanoamericana ¡las tradiciones y el influjo de las culturas Afro-asiáticas!
No debemos extrañarnos que, como un logro tangible de los métodos, medios y concepciones de la enseñanza comenzara a promover el estudio de la historia de los pueblos de Asia y África bajo un prisma amplio, de forma tal que, como ciencia en si misma, no se convirtiera en una historia factual sino en el análisis integral de las sociedades de ambos continentes. En la literatura se manifiesta la batalla por consolidar el logro de la independencia nacional, la lucha por abolir la pesada y nefasta herencia colonial, expresando nuevas ideas y teorías que permiten comprender mejor el mundo indio con todas sus contradicciones y conflictos. Amén de encontrar en ella las profundas y enraizadas tradicionales culturales de India, uno de los principales focos de civilización y cultura de la humanidad y donde el hombre y sus relaciones con la realidad que los circundan mantienen, por cultura y tradición, toda su vigencia.
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