Advocación
Mariana
¡Se cuenta que mientras la llevaban a
la Catedral de Maracaibo, la tabla se volvió tan pesada que no se podía
cargar!
Tar
Vicente.-
La advocación de la virgen de
Chiquinquirá nació en Colombia por un encargo de un Fraile Dominico en 1592 y
la “Devoción Mariana llegó al Zulia” en 1709 a través de una tablita que consiguió
una lavandera en el “Lago de Maracaibo”.
Su historia comienza en
Colombia, en Sutamarchán, una población del actual departamento colombiano
de Boyacá, en 1562. El entonces encomendero español Antonio de Santana y el
Fraile Dominico Andrés Jadraque le encargaron al artista Alonso de Narváez para
que realizara un cuadro de “Nuestra Señora del Rosario”… ¡La popular advocación
Mariana originada en el Siglo XIII!... ¡Institucionalizada como fiesta católica
en el Siglo XVI! Narváez efectuó el encargo en una tela de algodón indígena y
como sobraba espacio a ambos lados de la Virgen, incluyó a los patronos de
sus clientes: A la izquierda pintó a San Antonio de Padua y a la derecha a
San Andrés. El encomendero Santana colocó el cuadro en la “Capilla de
Sutamarchán”.
La Ciudad de
Chiquinquirá
Con el tiempo, la tela
llegó a una ciudad vecina llamada Chiquinquirá, y donde una devota sevillana
llamada María Ramos, pariente de Antonio de Santana, se encargó de su cuidado.
El 26 de diciembre de 1586 ocurrió la “renovación de la pintura”, cuando
la india Isabel y su pequeño hijo Miguel pasaron por la casa de María Ramos y
el niño notó que la tela parecía incendiarse… ¡Para sorpresa de los presentes,
el cuadro adquirió nuevamente su color y trazos perdidos, entonces volvió a
lucir en todo su esplendor! Esto se consideró como un milagro. Y,
así se inicia el culto a la imagen a expandirse por todas las regiones… ¡Qué se esparciría por todos los rincones de Venezuela y Colombia! Para ser coronada como Patrona de Colombia en
1919!
Actualmente su fiesta se celebra el 9 de julio. La tela original se
exhibe a los fieles en la Basílica colombiana de Nuestra Señora del Rosario de
Chiquinquirá.
¡El Milagro en
Maracaibo!
Se cree que a comienzos del Siglo XVIII, un barco
español que navegaba cerca de las costas colombianas una vez saqueado por
piratas protestantes, arrojaron al agua una copia de la Virgen de
Chiquinquirá. La tablita de madera de
26 centímetros de alto, 25 de ancho y tres milímetros de espesor flotó a la
deriva hasta internarse en las aguas del Lago de Maracaibo… ¡El Milagro en Maracaibo!... Cierto día de
1709, una humilde lavandera y moledora de cacao lavaba su ropa en las aguas del
Lago de Maracaibo… ¡Casi nada se sabe de ella!... ¡Por lo general se le conoce
como María Cárdenas!... Aunque también existe la posibilidad de que éste fuera
el nombre de la mujer para la quien trabajaba y en cuya casa vivía.
El Milagro Zuliano
El
milagro zuliano es parecido al colombiano: El 18 de noviembre de
1709, mientras molía café en su casa, María Cárdenas oyó tres ruidos de la
tablita. Al acudir, notó para su asombro que la reliquia brillaba con gran
esplendor y que sus formas y colores recuperaban su nitidez. Gritó: “¡Milagro!”…
y ¡los vecinos del barrio El Saladillo vieron el Milagro!... La tabla de la Chinita se trasladó a la ermita San Juan de Dios, una humilde
capilla de barro y palma de enea construida a finales del Siglo XVII. Se
cuenta que mientras la llevaban a la Catedral de Maracaibo, la tabla se
volvió tan pesada que no se podía cargar, hecho que la feligresía interpretó
como el deseo de la Virgen de quedarse en la capilla de San Juan de Dios, más
humilde y cercana al pueblo humilde.
En 1920 ese templo fue elevado al rango de Basílica Menor
de Nuestra Señora de Chiquinquirá y San Juan de Dios, lo que motivó al entonces
al párroco Antonio María Soto a efectuar una serie de ampliaciones en
la Iglesia. Los trabajos finalizaron en 1935 y el resultado es el templo que
conocemos hoy… ¡En Boyacá, Colombia, también existe una Basílica a Nuestra Señora
del Rosario de Chiquinquirá!
Agenda Paladina
Comenzamos… Con La Gran
Caracas… Invitándolos a la “II Bienal
del Sur Pueblos en Resistencia” que se realizará desde el tres de
diciembre de 2017 hasta el veinticinco de febrero de 2018 en el “Museo
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Conversatorios, Visitas Guiadas, proyecciones de películas y talleres gratuitos.
Hasta… la… ¡Próxima!
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