Maldición
es la expresión de un deseo maligno dirigido
contra una o varias personas,
para que esto suceda intercede un
poder mágico del lenguaje y en otros casos las deidades conceden ese deseo. Así
muchas personas acuden sitios o sencillamente
realizan oraciones para que el mal
dañe a la persona indicada. Algunos ejemplos de maldiciones son las expresiones: ¡que te parta un rayo!,
¡que te de un cáncer!
Decir la palabra maldición,
maldita, maldito es considerado por muchos de mal augurio, pero,
aun así existen temas musicales que maldicen en sus letras. Por supuesto
hay temas que maldicen y son más famosos que otros.
Exponentes
Existen canciones de cantantes
venezolanos que la nombran: Rudy Márquez “Tu Ana María”, Mirtha Pérez
“Maldita Seas” y Mirla Castellanos “Maltido Amor”. Entre los artistas internacionales se encuentra: La India y
Tito Rojas con la Salsa “Maldito y Bendito Amor”. Por último la palabra se deja sentir en las baladas de: Alexandre
Pires “Mi necesidad”, Yuri “La Maldita
Primavera”, Alejandro Sanz “El Aprendiz”, y Gianluca Grignani “Mi Historia
entre tus Dedos”
Folclore Venezolano
Las
maldiciones tienen un papel destacado en
las creencias populares de muchos pueblos. En Venezuela la maldición cayó sobre tres personajes, uno
de los máximos exponentes es el Silbón
quien mató a su padre. Y, su progenitora antes de morir “lo maldijo pa’
to’ la vida”. Su hermano juan lo persiguió
con un mandador, le sonó una tapara de ají, y le
azuzó el perro “Tureco” que hasta el fin del mundo lo persigue y le
muerde los talones. Y, el otro es la
Sayona quien mató a su madre y por esto la madre la maldijo y de allí en adelante vaga por el
mundo asustando a los hombres infieles. Para finalizar la Llorona mató a su hijo y
fue maldecida para toda la eternidad y así quedo vagando por el mundo
¡llorando eternamente!
“Kartadesmoi”
y “Tabulae”
Las
maldiciones en Grecia y Roma seguían un protocolo muy formalizado. Los conjuros
de los griegos llevaban por nombre “Kartadesmoi” –ataduras-. Por su parte los
romanos le llamaban “Tabulae defixiones”, ambos se escribían en tablillas de
plomo o en otros materiales.
Las dos naciones tenían los mismos rituales
que realizan los brujos actuales. Invocaban
la ayuda de espíritus malignos
para cumplir con su objetivo y eran colocados en tumbas, cementerios y
ríos para que se activaran.
En
el texto se colocaba la maldición, el solicitante expresaba su deseo de hacer sufrir a su
enemigo -con un daño- de alguna forma
específica. Con frecuencia se añadía la falta que había cometido la persona: un robo, una
infidelidad, no haber correspondido al amor del maldiciente, haberle faltado
el respeto, disfrutar del amor de su
vida etc.
Civilizaciones Cerradas
Los griegos tenían en la edad heroica unos
sacerdotes especiales llamados “Areteos”
que significaba “maldecidores”.
Aparecen descritos en los textos
de la obra la “Ilíada”, en ella se lee la
maldición de Crices contra Agamenón. Igualmente, aparecen reseñadas en
las tragedias de Sófocles, cuando Alcibíades fue desterrado después de la
mutilación de Hermes, todos los sacerdotes le lanzaron las más terribles
imprecaciones. Según estas creencias, en ocasiones las familias son víctimas de
una maldición. Muestra de esto es el destino
que sufre todo el linaje de Atreo
y Edipo, por culpa de los sacerdotes. Con frecuencia se atribuye una capacidad especial a los gitanos
en España a sus ¡conjuros que causan
pavor!
Maldiciones
A
algunos objetos se le adjudica poderes
mágicos entres ellos se encuentra la
historia en un poema de Nikos Kavvadías.
Allí, se cuenta sobre sobre
un cuchillo maldito: Donde todos los que
compraban el cuchillo acababan utilizándolo para matar a una persona
querida. Otra cultura que utiliza
objetos malignos es la afroamericana con la creencia Vudú. Según la creencia
popular, las maldiciones pueden también afectar a edificios ¡por lo que se
habla de casas encantadas, embrujadas o malditas!
La
recomendación es portarse bien para anular enemigos que con sus
artilugios y mucho rencor, pueden dañar
nuestras vidas. Lo que queda es
hacer el bien para ser feliz en la Tierra… ¡Aferrase a las bendiciones
de Dios y a su protección salvadora!
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