La Resiliencia Supera la adversidad 2016

Nacidos para afrontar la vida

La Resiliencia Supera  la  adversidad

¡Cuando las personas resilientes pasan por un suceso potencialmente traumático su primer objetivo es superarlo!

La Resiliencia es la capacidad para afrontar la adversidad y lograr adaptarse bien ante las tragedias, los traumas, las amenazas o el estrés severo.
Ser Resiliente no significa no sentir malestar, dolor emocional o dificultad ante las adversidades. La muerte de un ser querido, una enfermedad grave, la pérdida del trabajo, problemas financieros serios, etc., son sucesos que tienen un gran impacto en las personas, produciendo una sensación de inseguridad, incertidumbre y dolor emocional sin embargo… ¡Las personas logran, por lo general, sobreponerse a esos sucesos y adaptarse bien a lo largo del tiempo!

El camino que lleva a la Resiliencia no es un camino fácil, sino que implica un considerable estrés y malestar emocional, a pesar del cual las personas sacan la fuerza que les permite seguir con sus vidas frente la adversidad o la tragedia.

 Los Resilientes

Son individuos conscientes de sus potencialidades y limitaciones…  ¡Desbordan en su creatividad!... Con una alta capacidad de Resiliencia y por lo general: No se limita a intentar pegar el jarrón roto, es consciente de que ya nunca a volverá a ser: ¡El mismo jarrón!... Además: ¡Confían en sus capacidades!... ¡Y,  al ser conscientes de sus potencialidades y limitaciones, confían en lo que son capaces de hacer!

Asumen las dificultades como una oportunidad para aprender.  Practican el “Mindfulness” o ¡Consciencia Plena!… ¡Aún sin ser conscientes de esta práctica milenaria!... Las almas resilientes tienen el hábito de estar plenamente conscientes, de vivir:...  ¡El aquí y el ahora!... ¡Y, de tener una gran capacidad de aceptación!!

Ven la vida con objetividad, pero, siempre a través de un prisma optimista. Son muy objetivas, saben cuáles son sus potencialidades, los recursos que tienen a su alcance y sus metas… Pero, eso no implica que no sean ¡optimistas!

 Al ser conscientes de que nada es completamente positivo ni negativo, se esfuerzan por centrarse en los aspectos positivos y disfrutan de los retos. Estas personas desarrollan un optimismo realista, también llamado “Optimalismo”.

Se rodean de personas que tienen una actitud positiva. No intentan controlar las situaciones… Son flexibles ante los cambios. Son tenaces en sus propósitos.  Afrontan la adversidad con humor.

Medalla de Bronce

Difíciles  pueden ser los problemas que consiguen las personas en el acontecer diario. Murallas inmensas que parecen  indestructibles se colocan al frente de sus  metas, pero, todavía así, se las inventan, se las ingenian  para  vencer esas  dificultades tal el caso: Del  boxeador mexicano   Misael Rodríguez  -El Chino- quien  en vista de que    el comité   de la organización de las “Olimpiadas de México”  y la “Federación de  Boxeo” entraron en   conflicto. Caso que lo amenazó  a perder por  un tiempo  la oportunidad de representar a México en las Olimpiadas de Río 2016. Pero, pese a ese conflicto: ¡Nunca perdió las esperanzas de viajar  a las olimpiadas!  Para poder llevar este sueño a la realidad  venció sus miedos…    ¡Enfrentó la pena   y el  escarnio público! Y, un buen día decidió costearse él mismo el  viaje a la cita  Olímpica,  así que se montó en las camionetitas de su país: ¡A pedir una  ayuda  económica para ir a Río!…  ¡Y, como si fuese  un regalo de la vida!…  ¡Fue el primer mexicano en ganar “Una Medalla Olímpica” para su país!...   Coronándose en la especialidad de Boxeo: En el peso  medio de 75 Kilogramos!

  El discurso era el siguiente: "Yo soy Misael Rodríguez, de Parral, Chihuahua. Tengo 21 años y represento a México en Boxeo", dice el deportista en un vídeo del Comité Olímpico.

A pesar de las dificultades para viajar a Río de Janeiro, Misael Rodríguez se ha tomado la  historia con algo de humor mexicano: "Las medallas boteadas, saben más".

Para Reflexionar…

La Vendedora del Evangelio, dice: Que casi siempre, la mentira sede lugar a la verdad. La angustia al recuerdo. La agitación al reposo. El odio al amor… ¡La humillación a la humildad y la trascendencia desviada a la trascendencia vertical!