Cinema
Paraíso
s en el Cine, empieza
a entablar una estrecha relación con él, afincada en la pasión de ambos por el
séptimo arte. Asimismo Alfredo le enseña al joven Totó todos los secretos,
entresijos y misterios ocultos que guardan las películas. Pasan los años y
Salvatore crece, decidiendo abandonar su pequeño pueblo siciliano -Giancaldo-
para buscarse la vida lejos de allí.
Ver este filme
es sentir la nostalgia del que se va, de lo que se lleva cuando vive en un pueblo ¡Es
la remembranza de la amistad que dejaste
y del amor que perdiste! A
esto se le agrega que queda muy bien
plasmado como era la Italia de la
época: las casas, las ovejas, las plazas y el vestuario. Sin olvidar la cultura italiana en donde los hombres, se
besan en los cachetes al despedirse. Se dibuja
la atmósfera del amor del pueblo por el Cine. Se plasma ese desespero y ansias de divertirse sanamente con los filmes, por ser
estos, una de las pocas distracciones que aglomera
a las personas, y a su vez resalta el catolicismo arraigado en su cultura. El Sacerdote del
pueblo era quien editaba los filmes ¡En
fin una película para ver y no
olvidarla!
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